El episodio comienza con Bob Esponja despertando en su casa con forma de piña. Charla un poco con su mascota Gary mientras levanta unas pesas hechas con peluches de felpa. Luego de esto, sale de su casa repitiendo su icónica frase: “¡Estoy listo! ¡Estoy listo!”, y se dirige a conseguir empleo como cocinero en su restaurante favorito: el Crustáceo Cascarudo.

En el camino, se encuentra con su mejor amigo Patricio, quien lo anima a seguir adelante para cumplir su sueño de trabajar en el Crustáceo Cascarudo. Al llegar al restaurante, Bob se encuentra con Calamardo, el cajero, y con el dueño, Don Cangrejo. Calamardo intenta convencer a Don Cangrejo de no contratar a la esponja, pero Don Cangrejo decide darle una última oportunidad… siempre y cuando pueda conseguir una herramienta ridículamente difícil de encontrar : una espátula de hidrodinámica con haza, accesorios sintéticos y palanca turbo.

Bob Esponja, sin sospechar que la misión fue puesta a propósito para hacerlo fracasar, se emociona y parte a buscar la espátula como si fuera su deber más importante.

Mientras tanto, Don Cangrejo y Calamardo se burlan, seguros de que nuestra esponja favorita no será capaz de cumplir con su misión. Pero de pronto, Don Cangrejo huele algo en el aire... y una horda gigantesca de anchoas hambrientas llega al restaurante exigiendo comida frenéticamente. Calamardo entra en pánico y Don Cangrejo no sabe qué hacer. La situación se complica: ¡hay cientos de anchoas y nadie para cocinar!

Justo en ese momento, Bob Esponja regresa con la espátula exacta que le habían pedido (¡la consiguió!) y se lanza a la cocina. Comienza a preparar Cangreburgers a una velocidad impresionante, usando su espátula con una precisión increíble. Las anchoas son alimentadas rápidamente, y el caos se transforma en orden.

Impresionado, Don Cangrejo decide contratarlo oficialmente y le da la bienvenida a su nuevo empleo. Calamardo intenta protestar, pero Don Cangrejo no lo escucha: está demasiado satisfecho con el excelente trabajo de Bob.

Al final, Patricio llega al restaurante y ordena una Cangreburger.

El episodio termina con Bob Esponja disparando Cangreburgers a diestra y siniestra, feliz de haber cumplido su sueño.